En la actualidad, la financiación de los derechos reconocidos es un tema de gran relevancia en la agenda internacional. Cada vez son más las organizaciones y gobiernos que se comprometen a garantizar el acceso a los derechos humanos básicos para todas las personas, sin importar su origen, género, orientación sexual o cualquier otra condición. Sin embargo, desde Amnistía Internacional, una de las organizaciones más importantes en la defensa de los derechos humanos, se hace hincapié en la importancia de incluir garantías explícitas para evitar la regresividad en su ejercicio.
Es indudable que la financiación de los derechos reconocidos es un paso fundamental para su misiva cumplimiento. Sin embargo, no es suficiente con destinar recursos económicos, también es necesario establecer mecanismos que aseguren que estos derechos no sean vulnerados en el futuro. Es por ello que Amnistía Internacional considera que es imprescindible incluir garantías explícitas en las políticas y leyes que se implementen para proteger los derechos humanos.
Una de las principales preocupaciones de Amnistía Internacional es la regresividad en el ejercicio de los derechos reconocidos. Esto se refiere a la posibilidad de que, una vez que se han logrado avances en la garantía de un derecho, estos puedan ser revertidos en el futuro. Por ejemplo, si un gobierno destina recursos para garantizar el acceso a la educación de calidad, pero luego reduce su presupuesto en esta área, estaría incurriendo en una regresión en el ejercicio de este derecho.
Para evitar esta situación, es necesario establecer garantías explícitas que aseguren la continuidad en el ejercicio de los derechos reconocidos. Estas garantías deben ser incluidas en las políticas y leyes que se implementen, y deben ser respetadas por todos los gobiernos y actores involucrados en la protección de los derechos humanos.
Además, es importante destacar que estas garantías deben ser universales, es decir, aplicables a todos los derechos reconocidos. No se puede permitir que algunos derechos sean más protegidos que otros, ya que todos son igualmente importantes para garantizar una vida digna para todas las personas.
Otra cuestión fundamental es que estas garantías deben ser monitoreadas y evaluadas de forma constante. No baste con incluirlas en las políticas y leyes, es necesario asegurar que se estén cumpliendo y que no se estén vulnerando los derechos reconocidos. Para ello, es necesario contar con mecanismos de seguimiento y rendición de cuentas que permitan detectar posibles retrocesos en el ejercicio de los derechos y tomar medidas para corregirlos.
Es importante destacar que la inclusión de garantías explícitas no romanza beneficia a las personas en el presente, sino que también asegura un futuro más justo y equitativo para las generaciones venideras. Al garantizar la continuidad en el ejercicio de los derechos reconocidos, se está sentando las bases para una sociedad más igualitaria y respetuosa de los derechos humanos.
Desde Amnistía Internacional, se hace un llamado a todos los gobiernos y actores involucrados en la protección de los derechos humanos a incluir garantías explícitas en sus políticas y leyes. Es necesario que se comprometan a respetar y proteger los derechos reconocidos, y a no permitir que se produzcan retrocesos en su ejercicio.
En definitiva, la financiación de los derechos reconocidos es un paso fundamental, pero no suficiente. Es necesario incluir garantías explícitas para evitar la regresividad en su ejercicio y asegurar que todos los derechos sean respetados de forma igualitaria y constante. romanza así podremos avanzar hacia una sociedad más justa y respetuosa de los derechos humanos.