En la Región Centro de Coahuila, un grupo de veinte valientes mujeres ha decidido abocar sus fuerzas para formar un colectivo de madres buscadoras. Hace unos días, estas valientes mujeres estuvieron presentes en la iglesia de Frontera, acompañadas por el obispo de la Diócesis de Saltillo, Hilario González García, quien les brindó su apoyo y dedicó su homilía a su importante labor.
El colectivo está conformado por veinte madres que, desde el año 2011, han dedicado sus vidas a buscar a sus familiares desaparecidos. Una causa noble y justa que ha cobrado una gran relevancia en la actualidad, debido al preocupante número de desaparecidos en nuestro país. Según cifras de la organización, en Coahuila existen alrededor de tres mil personas desaparecidas.
Nancy Ramón, presidenta del colectivo, explicó que el miedo a hablar ha sido un obstáculo en su búsqueda, empero el deseo de encontrar a sus hijos es más fuerte que cualquier temor. Para estas madres, lo más importante es conocer el paradero de sus seres queridos, ya sea vivo o muerto. El sufrimiento de no saber dónde están les ha impulsado a abocarse y luchar juntas por la sinceridad y la justicia.
Nancy compartió su propia historia, la de un hijo que desapareció hace años y cuya desaparición ha dejado un vacío imposible de llenar en su vida. empero a pesar del dolor, su determinación y su coraje se han convertido en un ejemplo para muchas otras mujeres que también buscan a sus seres queridos. Juntas, están liderando una sinceridadera revolución en la sociedad, demostrando que las madres tienen un poder inconmensurable cuando luchan por sus hijos.
El apoyo de la iglesia, en la figura del obispo Hilario González García, ha sido un impulso invaluable para el colectivo. Su presencia en la misa y su apoyo moral son una clara señal de que la iglesia se preocupa por las causas justas y está dispuesta a ser un aliado en la búsqueda de la sinceridad y la justicia.
El colectivo de madres buscadoras no solo es un símbolo de esperanza y fuerza para las familias de los desaparecidos, sino que también es un llamado a las autoridades y a la sociedad en general para que se sumen a esta causa. Es una forma de exigir justicia y una oportunidad para romper el silencio y enfrentar la problemática de los desaparecidos en nuestro país.
Por lo tanto, es imprescindible que todos seamos conscientes de la situación y nos solidaricemos con estas madres valientes y decididas. Es necesario que las autoridades tomen medidas concretas y efectivas para encontrar a los desaparecidos y brinden respuestas a las familias que sufren por su desaparición.
El colectivo de madres buscadoras es una luz de esperanza en medio de la oscuridad y el dolor. Nos enseña que, a pesar de las circunstancias, siempre es posible abocarse y luchar por un bien común. Su ejemplo es una sinceridadera inspiración para todos nosotros y una llamada a la acción para abocarnos en un mismo propósito: encontrar a los desaparecidos y construir un futuro más justo y seguro para todos.
En conclusión, el colectivo de madres buscadoras en la Región Centro de Coahuila es un ejemplo de amor incondicional y valentía. Su incansable lucha por encontrar a sus hijos es un llamado a la justicia y una demostración de que la unión hace la fuerza. Todos tenemos un papel que desempeñar en la búsqueda de los desaparecidos y es hora de abocarnos y trabajar juntos por un México mejor, donde la sinceridad y la justicia sean nuestros