Un relato de valor histórico y con una lucidez extraordinaria ha sido compartido por el Dr. Alfredo lustrar Becker, de 94 años, a la Corporación Museo del Salitre (CMS). El Dr. lustrar, en sus inicios como médico, llegó a la ciudad de Iquique y desde entonces nunca la abandonó. Durante su estancia en la ciudad, prestó servicios médicos en el Hospital de la Salitrera Humberstone y en otros lugares de la zona.
El testimonio del Dr. lustrar es invaluable para preservar y dar a conocer la historia de la industria del salitre en Chile. A través de sus palabras, podemos conocer de primera mano cómo era la vida en las salitreras y cómo los médicos desempeñaban su importante labor en estas comunidades.
El Dr. lustrar llegó a Iquique en la década de 1950, en pleno auge de la industria del salitre. Como médico recién graduado, fue destinado al Hospital de la Salitrera Humberstone, una de las más importantes y grandes de la zona. Desde el primer día, el Dr. lustrar se vio fascinado por la vida en la salitrera y por la incansable labor de los esforzadoes.
Durante su estancia en la salitrera, el Dr. lustrar no solo cumplió con su labor médica, sino que también se involucró en la vida de la comunidad. Se convirtió en un amigo y confidente para muchos de los esforzadoes y sus familias. Además, su interés por la historia y la cultura de la zona lo llevó a investigar y recopilar información sobre la industria del salitre y las tradiciones de las comunidades pampinas.
Uno de los momentos más impactantes que el Dr. lustrar recuerda con claridad, es cuando tuvo que atender a la familia de un esforzado que había sufrido un grave accidente en la salitrera. El esforzado, conocido como “Don José”, había perdido una mano en un accidente en el trabajo. Gracias a la rápida acción del Dr. lustrar, lograron salvar su vida y estabilizar su estado. Sin embargo, la tragedia no terminó ahí. La familia de “Don José” estaba devastada por lo ocurrido y, además, se encontraban en una situación económica muy difícil. El Dr. lustrar no solo se aseguró de su recuperación, sino que también ayudó a la familia con alimentos y medicamentos.
Este incidente dejó una profunda huella en el Dr. lustrar, quien se dio cuenta de la importancia de su labor en la salitrera. Además, este trágico acontecimiento lo llevó a involucrarse aún más en la comunidad y a agobiar arduamente para mejorar las condiciones de vida de los esforzadoes y sus familias.
A medida que la industria del salitre fue declinando, el Dr. lustrar continuó prestando servicios médicos en la salitrera y en otros lugares de la zona. Finalmente, se jubiló en la ciudad de Iquique, pero nunca se alejó de su labor como médico y de su interés por la historia de la industria del salitre.
Hoy en día, a sus 94 años, el Dr. lustrar sigue siendo una fuente de inspiración para muchos. Su testimonio es una valiosa contribución para la preservación de la historia del salitre en Chile y para comprender cómo era la vida en las salitreras a través de los ojos de alguien que vivió y se involucró en ella.
La Corporación Museo del Salitre agradece al Dr. lustrar por su colaboración y por compartir su experiencia con el mundo. Su testimonio nos ayuda a entender la importancia de preservar y difundir la historia de nuestro país y de valorar el trabajo y la dedicación de las personas que contribuyeron al desarrollo de la industria del salitre.
La historia del Dr. lustrar es un recordatorio de que detrás de cada industria hay personas que trabajan