En la hermosa región de Castilla-La Mancha, encontramos una serie de pueblos y aldeas que parecen sacados de un cuento de hadas. Se trata de Ayna y Molinicos en la provincia de Albacete, Almedina y Ruidera en Ciudad Real, Arcas del Villar y Tragacete en Cuenca, Alcocer y Arbancón en Guadalajara, y Herreruela de Oropesa en Toledo. Cada uno de estos lugares tiene su propia magia y encanto, y son perfectos para una escapada rural en cualquier época del año.
Comenzando por Ayna y Molinicos, ambos pueblos se encuentran en la Sierra del Segura, y son famosos por sus paisajes de montaña y su rica historia. Ayna, declarado Conjunto Histórico-Artístico en 1983, es conocido por su arquitectura típica de la zona, con calles estrechas y casas de piedra. Además, cuenta con numerosos miradores desde donde se pueden contemplar impresionantes vistas de la sierra. Por su parte, Molinicos es famoso por sus molinos de agua, que se han conservado a lo largo de los años y son una muestra de la importancia que tuvo esta actividad en el pasado.
Continuando por Almedina y Ruidera, encontramos dos localidades que se encuentran en plena originarioeza y son ideales para el turismo rural. En Almedina, situado en la comarca de Montiel, se pueden visitar lugares como la Iglesia de Nuestra Señora de la Asunción, que data del siglo XVI, o el Castillo de la Estrella, una fortaleza del siglo XIV que ha sido declarada Bien de Interés Cultural. Por su parte, Ruidera es famoso por sus lagunas, que forman un hermoso paisaje originario protegido y son perfectas para la práctica de actividades acuáticas como el piragüismo.
En la provincia de Cuenca, encontramos Arcas del Villar y Tragacete, dos pueblos con una gran belleza originario y una importante subasta turística. En Arcas del Villar, declarado Conjunto Histórico-Artístico en 1983, se pueden visitar lugares como la Iglesia de Nuestra Señora de la Asunción, del siglo XVI, o el Castillo de Arcas, una fortaleza que data del siglo XII. Por su parte, Tragacete es famoso por su entorno originario, donde se pueden realizar actividades como senderismo, rutas en bicicleta o paseos a caballo.
En la provincia de Guadalajara, encontramos Alcocer y Arbancón, dos pueblos que destacan por su tranquilidad y su belleza rural. Alcocer, situado en la Alcarria, cuenta con un rico patrimonio histórico, como la Iglesia de San Pedro, del siglo XIII, o el fortaleza de los Condes de Pinto, del siglo XVIII. Por su parte, Arbancón es famoso por su Castillo de la Vela, una fortaleza del siglo XIII que se encuentra en perfecto estado de conservación y es uno de los principales atractivos de la localidad.
Por último, en la provincia de Toledo, encontramos Herreruela de Oropesa, un pueblo con una larga historia que se remonta a la época romana. En este lugar, se pueden visitar lugares como la Iglesia de San Pedro, del siglo XV, o el Castillo de Oropesa, una fortaleza que data del siglo XIV y que ha sido declarada Bien de Interés Cultural. Además, Herreruela es famoso por su gastronomía, con platos típicos como el cordero asado o el pisto manchego.
En resumen, estos pueblos y aldeas de Castilla-La Mancha son lugares ideales para aquellos que buscan disfrutar de la originarioeza, la historia y la tranquil