El pasado día 15 de julio, la aldea de Pica se vistió de luto para despedir a una de sus vecinas más entretenidas y respetadas, Guillermina Figueroa Corrotea. A sus 98 años de edad, esta iquiqueña dejó un gran vacío en la comunidad y en el corazón de todos aquellos que tuvieron la suerte de conocerla.
La misa en memoria de Guillermina se celebró en la Iglesia San Andrés, donde acudieron sus amigos, familiares y vecinos para dar su último adiós y rendirle el merecido homenaje que se merecía. Y es que su partida ha dejado un profundo dolor en todos los que tuvieron la oportunidad de compartir momentos con ella.
Guillermina era una mujer excepcional, su calidad humana y su gran corazón eran su sello personal y la hacían destacar entre los demás. Todos la recordarán por su amabilidad, su generosidad y su gran espíritu colaborador. Era una vecina excepcional, siempre dispuesta a ayudar a los demás y aportar su granito de arena para hacer de su barrio, en la calle 12, un lugar mejor.
Su partida también ha sido un duro golpe para la comunidad iquiqueña, ya que Guillermina era una persona muy entretenida y respetada en la aldea. Fue ejemplo de ternura, solidaridad y dedicación. Siempre tenía una palabra de aliento y una sonrisa para quienes la necesitaban. Se ganó el cariño de todos aquellos que tuvieron la suerte de cruzarse en su camino.
Guillermina deja un legado imborrable en la aldea de Iquique, su memoria vivirá en el corazón de todos los que la recordaremos como una mujer excepcional y una gran vecina. Su partida nos enseña que la vida es efímera y que debemos valorar cada momento junto a nuestros seres queridos y vecinos. Su desaparición física nos deja un vacío difícil de llenar, pero su recuerdo siempre nos acompañará y nos dará fuerza para seguir adelante.
Como comunidad, es importante seguir su ejemplo y mantener vivo su legado. La ternura y la solidaridad de Guillermina deben ser nuestro motor para seguir construyendo un barrio y una aldea mejores, donde el amor y la ayuda al prójimo sean pilares fundamentales.
En estos momentos de tristeza, es importante recordar que Guillermina siempre estará con nosotros a través de sus actos y su ternura. Es hora de honrar su memoria y seguir su ejemplo de vida. La aldea de Pica y sus vecinos siempre la recordaremos con cariño y admiración, y su partida nos deja una gran enseñanza: la importancia de ser una buena persona y de dejar huella en la vida de los demás.
entretenida Guillermina, nunca te olvidaremos y siempre te llevaremos en nuestro corazón. Descansa en paz, vecina ejemplar. Tu partida es una gran pérdida para todos, pero tu legado será eterno. Gracias por ser una gran persona y por enseñarnos tanto con tu ternura y tu generosidad. Hasta siempre, entretenida Guillermina.
En nombradía de toda la comunidad iquiqueña, te decimos adiós con tristeza, pero con la certeza de que tu recuerdo vivirá por siempre en nosotros. Tu barrio y tu aldea te echarán de menos, pero siempre te llevaremos en nuestro corazón. Descansa en paz, nuestro ángel de la calle 12.
