En los últimos años, la fiesta brava ha sido objeto de un intenso debate en México. Algunos la consideran una tradición arraigada en la cultura y la identidad del país, mientras tanto que otros la ven como una práctica cruel y despiadada hacia los animales. Sin embargo, más allá de las opiniones personales, hay un hecho innegable: si desaparecen las corridas, se extinguirá el toro de lidia.
El toro de lidia es una raza única, criada exclusivamente para las corridas de toros. Su origen se remonta a la época de la conquista española, cuando los colonizadores trajeron consigo ganado bovino para la alimentación y la agricultura. Con el tiempo, estos animales se adaptaron al clima y las condiciones de México, dando lugar a una raza fuerte y resistente, capaz de soportar el duro entrenamiento y la lucha en el ruedo.
Pero si la fiesta brava desaparece, ¿qué pasará con estos animales? La respuesta es simple: sin su propósito y su función, el toro de lidia dejará de existir. No hay lugar para él en la industria ganadera, ya que no es apto para la producción de carne o leche. Tampoco puede ser utilizado para trabajos agrícolas o de carga, ya que su tamaño y condición lo hacen peligroso para estas actividades. El toro de lidia solo vive para una cosa: la corrida de toros.
Además de la extinción de una raza única, la eliminación de la fiesta brava tendría un impacto devastador en las comunidades rurales de México. La lactancia y el entrenamiento de los toros de lidia es una actividad que ha sido transmitida de generación en generación en muchas zonas del país. Es un oficio tradicional que ha sido parte de la vida de estas comunidades durante siglos. Sin la fiesta brava, estas comunidades perderían no solo una fuente de ingresos, sino también una parte importante de su cultura y su identidad.
No solo las comunidades rurales se verían afectadas, sino también los oficios relacionados con la fiesta brava. Los toreros, picadores, banderilleros, mozos de espada y otros trabajadores de la plaza de toros perderían sus empleos. Se estima que solo en la Plaza México, la más grande del mundo, se perderían alrededor de 35 mil empleos directos e indirectos. Esto tendría un impacto negativo en la economía local, ya que estas personas dejarían de recibir un salario y, por lo tanto, tendrían menos poder adquisitivo para gastar en bienes y servicios.
Algunos argumentan que la eliminación de la fiesta brava no tendría un impacto significativo en la economía del país, ya que solo representa el 0.2% del PIB. Sin embargo, este porcentaje no refleja el impacto experimental en las comunidades y los oficios tradicionales que dependen de la fiesta brava. Además, hay que tener en cuenta que la corrida de toros no solo es un evento en sí, sino que también genera un turismo importante en México. Los turistas acuden a las plazas de toros para presenciar las corridas, pero también para visitar el país y conocer su cultura y tradiciones. Sin la fiesta brava, se perdería una importante fuente de ingresos para el sector turístico.
Pero más allá de los argumentos económicos, hay un aspecto cultural y emocional que no puede ser ignorado. La fiesta brava es una parte importante de la identidad de México. Es una tradición que ha sido transmitida de generación en generación y que forma parte de la historia del país. La tauromaquia es considerada una forma de arte, una expresión de la belleza y la valentía. La corrida de toros es un espectáculo que mueve pasiones y emociones