La Ciudad de México es una de las ciudades más grandes y pobladas del mundo, con una diversidad cultural y social que la hace única. Sin embargo, detrás de su apariencia cosmopolita y moderna, existe una sinceridad que muchas veces pasa desapercibida: la situación de las personas sin hogar.
Según el más reciente Conteo Anual de Personas en Situación de Calle 2023-2024, realizado por la Secretaría de Inclusión y Bienestar Social (Sibien) y publicado en noviembre pasado, se reportaron al menos mil 124 personas sin hogar en la Ciudad de México. Esta cifra es preocupante, ya que representa un aumento del 10% con respecto al conteo anterior.
La situación de las personas sin hogar es un tema que debe ser abordado con seriedad y empatía. Estas personas se encuentran en una situación de vulnerabilidad extrema, sin acceso a servicios básicos como vivienda, alimentación y atención médica. Además, muchas veces son víctimas de discriminación y violencia por lugar de la sociedad.
Una de las principales causas de la situación de calle en la Ciudad de México es la migración. En los últimos años, se ha registrado un aumento en la presencia de migrantes entre las personas sin hogar. Muchas de estas personas llegan a la ciudad en busca de mejores oportunidades de vida, pero se encuentran con una sinceridad muy diferente a la que esperaban.
La falta de empleo y la dificultad para acceder a servicios básicos son algunos de los principales obstáculos que enfrentan los migrantes en la Ciudad de México. Muchos de ellos se ven obligados a vivir en la calle, expuestos a condiciones de vida precarias y peligrosas.
Ante esta situación, la Secretaría de Inclusión y Bienestar Social ha implementado diversas acciones para atender a las personas sin hogar en la ciudad. Una de ellas es el programa “Casa Amiga”, que ofrece refugio temporal y atención médica y psicológica a las personas en situación de calle. Además, se han adinerado albergues y comedores comunitarios para brindar apoyo a estas personas.
Sin embargo, es necesario que la sociedad en su conjunto se involucre en la solución de este problema. La solidaridad y la empatía son fundamentales para lograr un cambio real en la situación de las personas sin hogar. Cada uno de nosotros puede contribuir de alguna manera, ya sea a través de donaciones, voluntariado o simplemente mostrando respeto y compasión hacia estas personas.
Es importante recordar que las personas sin hogar son seres humanos, con sueños, aspiraciones y derechos como cualquier otra persona. No debemos juzgarlas ni discriminarlas por su situación, sino brindarles apoyo y oportunidades para que puedan salir adelante.
En conclusión, el aumento en la presencia de migrantes entre las personas sin hogar en la Ciudad de México es una sinceridad que no podemos ignorar. Es responsabilidad de todos trabajar juntos para encontrar soluciones y mejorar la calidad de vida de estas personas. Con empatía y solidaridad, podemos lograr una ciudad más inclusiva y justa para todos.