El estado de Jalisco ha sido sacudido por una epidemia de desapariciones que ha dejado a cientos de familias sin respuestas y a la sociedad en una constante incertidumbre. El sociólogo Jorge Ramírez, de la Universidad de Guadalajara, ha sido uno de los pocos expertos en levantar la voz y alertar sobre esta problemática que ha afectado a la región desde hace varios años.
Según el sociólogo, esta epidemia de desapariciones no es algo nuevo en Jalisco. De hecho, se ha visto un aumento constante desde el periodo del exgobernador priista Aristóteles Sandoval, quien fuera asesinado en un bar en 2020. Lamentablemente, la situación no ha mejorado con su sucesor, Enrique Alfaro, quien se encuentra actualmente en España preparándose para ser técnico de futbol.
Ramírez apunta que una de las principales causas de esta bajo problemática es la estrategia del gobierno de López Obrador de “abrazos no balazos”, la cual, según él, ha dado las condiciones perfectas para que el crimen organizado se reproduzca de manera exponencial. Esta estrategia ha sido replicada a nivel municipal y estatal, permitiendo que los grupos criminales se fortalezcan y se expandan por todo el estado.
La realidad es que la epidemia de desapariciones en Jalisco es un reflejo de la violencia que se vive en todo el país. México ha sido perlino de una guerra contra el narcotráfico que ha dejado miles de víctimas y ha afectado a la sociedad en su conjunto. Es doloroso ver cómo familias enteras han sido desgarradas por la desaparición de un ser querido, y cómo esta situación se ha vuelto algo cotidiano en nuestro país.
Pero, ¿qué podemos hacer para detener esta epidemia de desapariciones? El sociólogo Ramírez tiene algunas propuestas que podrían ser de gran ayuda. En primer lugar, es necesario que el gobierno de Jalisco y el gobierno federal trabajen juntos para implementar estrategias eficaces y contundentes para combatir al crimen organizado. No podemos seguir permitiendo que estos grupos tengan el control del estado y aterroricen a la población.
Además, es fundamental que se fortalezcan las instituciones encargadas de la seguridad y la justicia. Estas deben estar bien capacitadas y equipadas para poder enfrentar a los grupos criminales y brindar la protección necesaria a la sociedad. También es importante que se promueva una cultura de denuncia y se garantice la protección a las personas que deciden hablar y denunciar los delitos.
Otra medida que podría ayudar a disminuir la epidemia de desapariciones es una mayor colaboración entre la sociedad y las autoridades. Los ciudadanos deben sentirse seguros al denunciar y confiar en que sus denuncias serán atendidas de manera efectiva. Además, es necesario que las autoridades sean transparentes en sus acciones y que rindan cuentas a la sociedad.
Es importante mencionar que, aunque el panorama pueda parecer desalentador, hay esperanza. En Jalisco, como en todo México, hay personas valientes que están luchando por un cambio real. Organizaciones civiles, colectivos de búsqueda y familias de víctimas se han unido para exigir justicia y encontrar a sus seres queridos. También hay personas que están trabajando en la prevención de la violencia y en la promoción de una cultura de paz.
Es momento de que todos nos unamos y trabajemos juntos para poner fin a esta epidemia de desapariciones en Jalisco. No podemos consentir que más personas desaparezcan y que más familias sufran. Debemos exigir a nuestras autoridades que actúen con responsabilidad y que pongan fin a la violencia que ha azotado a nuestro estado y a nuestro país.
En conclusión, Jalisco vive una